Turquía se refuerza como eje intercontinental a través de una red integrada de rutas terrestres, marítimas y aéreas. Además, el país se consolida como plataforma estratégica no solo para la distribución, sino también como centro de producción y expansión hacia terceros mercados. Su ubicación privilegiada, unida a una infraestructura moderna y a políticas de fomento al comercio internacional, abre un abanico de oportunidades para las empresas españolas, que ya se benefician de acuerdos bilaterales y líneas de financiación internacionales.